visualizar historial de textos

miércoles, 28 de julio de 2010

Jesús.

Hoy mi corazón se turna y comparte un sístole con la tristeza y un diástole con la felicidad por estar vivos.

El sol acaricia con calidez algunos días frescos en la tierra, es de mañana en Buenos Aires y después de algunos días de congoja vuelvo a sentirme bien.

En estos días dejó su cuerpo físico mi querida abuela, un ser muy especial cargada de una energía pura de la que yo todavía desconozco. Le gusta que le llamen Inés y escribo en presente porque los lindos recuerdos son el alimento del alma, son inmortales y perduran en el corazón de las personas, terrenos donde la mente no entra porque desconoce su funcionamiento. Inés es una entre tantas personas en la tierra representante directa de la palabra amor. Ella incontables veces nos hablaba de jesús y de su obra, fuera de cualquier religión sino como un ser humano que profesaba el camino del amor a todos los seres del planeta.

Ayer nos les escribí porque no estaba de ánimos y hoy les quiero escribir más que nunca porque brilla el sol.

Miro el monitor en silencio y el barrio me regala su música ambiente entremezclado con el sonido del teclado y un concierto de Chopin para piano. http://www.youtube.com/watch?v=p7cjYu1Bncc (se recomiendo escuchar durante la lectura)

Hace un año sucedió un acontecimiento maravilloso y hoy se lo quiero contar a mi abuela, a ustedes y a mi abuelo Chilo, compañero de Inés que aún vive en palomar y está pasando días muy tristes.

Brillaba el sol como de costumbre aquel día y había huelga de sonidos en Buenos Aires. Se sentían con facilidad el diálogo de los pájaros en la copa de los frondosos álamos. En aquellos días mi hermana y mi cuñado habían decidido irse a vivir a Córdoba y mi sentimiento de soledad me inquietaba más de lo habitual. Había decidido hace algunos días buscarles un regalo para que les acompañe en su viaje como amuleto y protección. Aquel medio día mientras almorzaba sentí que ese era el día para encontrarme con dicho objeto.

Siempre creí y creo que las cosas están en un espacio y tiempo determinado esperando ser llamadas por alguien a través de la voluntad, algo así como una cinchada energética donde gana el que nunca baja los brazos.

Ese mediodía me cambié y salí sin tener un rumbo definido. Iba sonriendo y la gente me miraba tratando de entender mi alegría. Se me había pasado por la cabeza ir a una feria que estaba a unas estaciones de tren cerca de donde vivo, una de esas ferias de antigüedades donde habitan huérfanas miles de reliquias y cosas olvidadas que esperan encontrar nuevas manos.

El tren de las estación Rivadavia liberaba adrenalina para llegar en el momento justo en que yo me acercaba al andén, como si lo hubiese pedido a horario y sin acelerar ni retroceder la marcha entré caminando y me perdí entre la gente dormida.

El vagón emocionado disminuía su velocidad aumentando mi entusiasmo y desde la ventana la feria empezaba a tomar nitidez, mi visión se torno añeja como si usara lentes de sol con vidrios color anís.

Empecé el largo recorrido mirando con atención de un lado y del otro cientos de antiguos objetos; volantes de bicicletas, muñecas antiguas, vajillas de porcelana, tocadiscos, orfebrería religiosa, juegos de niños, apoliyados muebles y cientos de otras cosas bañadas por una lluvia de óxido que no dañaba sino inmortalizaba.

Me tomé el tiempo para mirar hacia todos lados, se hacía difícil, eran demasiadas cosas a la vista, y sentía que lo que me esperaba era pequeño en tamaño y agudizaba la vista en las tiendas de collares, aros, cadenas y pequeños objetos.

Después de caminar un rato, no tenía idea que iba a encontrar pero estaba convencido que me llamaría la atención sobre otras cosas. No estaba equivocado con mi intuición, a unos cinco metros de distancia sin saber todavía lo que era, un destello de luz blanca cruzó mis ojos como festejando el milagroso encuentro.

Era un colgante circular muy liviano sin su cadena, medía unos cuatros centímetros y era de vidrio o cristal enmarcado en una esfera de un fino perfil de bronce amigo del óxido. Al tomarlo y observarlo de cerca se veía transparente, pero al inclinarlo hacia el sol, mágicamente aparecía Jesús.

Se veía en un holograma de un color verde-amarillo brillante y la esfera áurica que rodeaba su cabeza por momentos se esfumaba en algunos de los colores del arco iris. Inmerso en mi cuento sentía que alguien me observaba por encontrar aquella reliquia.

La imagen cobraba vida con nitidez cuando al cristal le llegaba la luz plena del sol. Me conmovió inmediatamente y los ojos se me pusieron vidriosos. Me había encontrado lo que me buscaba. Era mágico, delicado, místico y aparecía Jesús al recibir los rayos del sol.

Con rapidez desinteresada pregunté a un joven encargado de la tienda su costo y con una sonrisa me contestó que el valor era de quinces pesos. Lo pagué y me fui.

Esa tarde decidí que lo guardaría en secreto una semana más. Aquel fin de semana entrante iban a ser las pascuas católicas y quería ponerlo al sol el domingo de resurrección para cargarlo con la conciencia y la energía de todas las personas creyentes del nuevo nacimiento. Después de pascuas me senté con ellos y entre lágrimas de despedida y felicidad les conté lo que hoy les escribo.

Siento que las personas que ya pasaron y nos dejan feos recuerdos por su obrar se diluyen y desaparecen para siempre simplemente porque no las nombramos, en cambio los seres que en su estadía por la tierra regalan amor incondicional, alegría y buenos momentos como mi abuela las recordamos una y otra vez generación tras generación con cariño y ese es el alimento que inmortaliza el alma.

Dedico la energía de este texto con amor a mi querida abuela, a mi abuelo para que a su tiempo recobre fuerzas y viva feliz muchos años más y a todos las personas queridas que no las vemos pero las sentimos todos los días recordando los lindos momentos.

Entre lágrimas de emoción les dejo un abrazo de corazón y que tengan el fin de semana más hermoso de su vida junto a sus seres queridos.

Agradezco que comparten los textos con su gente, sus contactos y divulguen la web www.freelomtierra.com para juntar más personas y cargarnos de energía.

Tuni.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario