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jueves, 7 de julio de 2011

22 de diciembre de 2012

Queridos amigos, hace meses que no escribo los textos y ensayos que frecuentaba escribirles, simplemente porque no lo sentí así y porque estuve en meses de reflexión y búsqueda interior. Esta vez dejaré de lado la introducción metafórica para escribirles coloquialmente. Les escribo quizá, en esta última oportunidad, a todos los contactos que tengo en mi casilla de correo y contactos de Facebook por la siguiente razón. Ya son una enorme cantidad de personas que hablan del 2012 y esta fecha mística y algunos otros allegados que me charlan sobre esta fecha mística como el fin del mundo. Quiero compartir con ustedes una reflexión con la cual convivo acerca de esta fecha y de acontecimientos planetarios. Tomen lo que les sirva para el proceso interno de cada uno y lo que no descártenlo. Como todo acontecimiento supuestamente místico confluyen en las personas la duda, la magia, el asombro, la desconfianza y la credibilidad.
En primera instancia, la naturaleza no tiene fin ni muerte. Tiene ciclos periódicos que se repiten en las diferentes escalas, sea atómica, celular, corporal, planetaria, interplanetaria, galáctica etec. Esto hasta la comprensión donde del ser humano ha llegado. Todas, cada equis cantidad de años terrestres o patrones de escalas humanas. Hay plantas anuales que en el transcurso de dicho año, nacen, crecen, se reproducen, dejan sus frutos con nuevas semillas para nuevas generaciones de plantas y decaen transformándose en abono para la tierra. Otras cumplen el mismo ciclo pero cada dos años.
Los seres humanos cumplimos ese ciclo teniendo en cuenta un vida saludable y dejando de lado algún acontecimiento inexplicable entre setenta y noventa años. Algunas especies de mariposas cumplen ese ciclo en algunos días y algunos árboles en cientos de años. La naturaleza está en movimiento continuo cumpliendo ciclos como así también las órbitas de los planetas y como así también el sol y sus sistemas de planetas alrededor de otro sol central. Los seres humanos al estar en un cuerpo orgánico, con un corazón orgánico y un cerebro orgánico rodeado de una naturaleza orgánica, estamos integrados a la naturaleza y somos la naturaleza, seamos o no concientes de ello, queramos verlo o no. Tantos las plantas, como las tortugas, las mariposas y los árboles y todos los seres del planeta estamos bañados cálidamente por la luz solar hasta incluso la vida submarina donde llega la luz aunque el ojo humano no la perciba. No Estamos separados de la naturaleza, estamos adentro de la misma ensalada mágica condimentada por el sol. Sin él habría hielo o quién sabe porque no habría cerebro para pensar.
El cuerpo humano tiene entre 60 y 70 billones de células que se organizan, se alimentan y se reproducen para darle forma a los órganos, tejidos y a las partes del cuerpo hasta formar el cuerpo humano. El planeta tierra tiene alrededor de 7000 mil millones de habitantes, actuando de la misma manera que las células del cuerpo, para darle forma junto con la vida animal y mineral al cuerpo de la tierra. Cada uno de nosotros a nuestra escala actuamos como las células del cuerpo de la tierra, o bien, deberíamos actuar en cooperación y armonía para que el sistema nervioso, circulatorio, endocrino, neurológico etc. de la tierra funcione como un cuerpo sano. La tierra junto con el sistema solar y otras 100 millones de estrellas actúan como células que conforman el cuerpo de la Vía Láctea, nuestro vecindario en esta parte del universo y la ciencia tiene contabilizadas con sus telescopios espaciales miles de millones de galaxias que con lógica y magia actúan como células de algo que nadie sabe, o quizá sí, el corazón.

Como vemos el patrón se repite desde nuestra sistema corporal observado por microscopios hacia arriba pasando por el cuerpo humano y siguiendo infinitamente, lejos del alcance de la comprensión humana.
Esta explicación es para comprender que creamos o no en las cosas que nos dicen acerca del 22 de diciembre del 2012 y fechas venideras, los sucesos astronómicos cumplirán sus ciclos de vuelta como lo hace el cuerpo humano, como las plantas, la mariposas y el planeta sobre su eje, dándonos el día y la noche.
En esta fecha que vendrá, afortunadamente estaremos todos presentes.
Y aquí va la pregunta del millón. Si millones de células con vida trabajan en cooperación en nuestro cuerpo y millones de seres humanos trabajan o deberían trabajar en cooperación en el cuerpo del planeta y millones de estrellas trabajan en cooperación en el cuerpo de la galaxia y millones de galaxias trabajan en cooperación en el cuerpo del corazón o del universo. ¿Estamos todos conectados a través de la energía?, ó DIOS, o el sol, o algo. La respuesta es sí. Estamos todos conectados desde la célula mas pequeña de nuestro cuerpo hasta la galaxia más lejana. Por lo tanto lo que uno le haga al otro o le moleste del otro trae una consecuencia directa sobre uno mismo y el funcionamiento de dicho órgano sea cual fuere la escala en la que está inmerso ya que conforma un órgano del cuerpo terrestre y una célula del cuerpo planetario y un átomo del cuerpo galáctico.

Sin ir más lejos el sistema solar se mueve hacia algún lugar en el espacio de manera cíclica como lo hace todos los seres vivos que leímos recién. Por lo tanto el sistema solar como ser vivo en el 2012 se decía y se dice, que esta llegando al punto de partida de un ciclo para comenzar entrar en otro vecindario más soleado y de mayor energía. Esta zona a donde estamos entrando es un vecindario donde hay más buena onda por decirlo de alguna manera pero primero como todo nacimiento hay un parto de algunas horas o años que traen consigo una primera etapa de dolor con una posterior belleza milagrosa y luz sobre el sistema solar, por ende, sobre nuestro sol, por ende sobre el planeta tierra, por ende sobre nuestras células, por ende sobre nuestro código genético. (ADN)
Eso es lo que está sucediendo a nivel físico, emocional, terrestre y planetario en nuestro vecindario del universo. Todos y absolutamente todos estamos sintiendo de una manera u otra el ingreso del sistema solar en una nueva zona del nuestra galaxia. La menera más simple y el desafío más difícil de acompañar este ingreso a todo el organismo en el que somos parte y estamos inmersos es sintiendo lo que no pide el corazón, el estomago, el cuerpo dejando de lado la mente tramposa.



El video que les adjunto es el más simple y claro que encontré para compartir y que vale la pena verlo para comprender. Olvídense de la parte melosa y la locutora española y el audio para contemplar con mente abierta la explicación de algo que no tiene explicación y simplemente es.
Lo que vendrá no lo sabe nadie, pero la naturaleza cumple ciclos y los sabios de la antigüedad los escribían como nosotros escribimos los ciclos de nuestras fases lunares.

Una vez comprendido esto, la respuesta está en el corazón.
Cualquier cosa con respecto a esto en lo que les pueda brindar aclaración con algunos términos y siempre y cuando estén al alcance de mis conocimientos lo haré felizmente.

Mucha luz!

Tuni

Tuni@freelom.com


http://www.youtube.com/watch?v=zxvqh0a7kdU&feature=player_embedded#at=151

viernes, 6 de mayo de 2011

Una mano, una ayuda, un favor

MUNDO en MI

La magia en Buenos Aires era historia repetida y el verano caprichoso se negaba a retirarse. El sol escondido todavía regalaba algunas noches de calor en la ciudad y las estrellas disfrutaban de un concierto de silencio acompañándome en la noche de mi cumpleaños. Era habitual en mí para esa fecha sentir en el aire una hermandad extra con todos los seres sin importar las diferencias religiosas, políticas y geográficas, ya que todas habitan en la mente, terrenos donde el corazón sabio no entra, simplemente porque no vale la pena.
Aquella noche cálida, cenaba en mi balcón; es un balcón moderno en su arquitectura pero con aires de tango en su estilo. Flota mágicamente en el barrio Rivadavia y viste dos faroles negros de hierro, que iluminan los bancos perdidos entre jazmines de leche que perfuman el aire y tiñen el ambiente de color ocre amarillento. Las diversas plantas y flores habitan a lo largo y a lo ancho de mi pedazo de San Telmo. Hacia adentro, un monoambiente amplio pero modesto, pinta a media luz un cuadro arrabalero con mis tres grandes amigos: un piano, una bicicleta y un bandoneón…
Mi piano barroco, llamado el Dientudo Carl, es un piano Carl Scheel con mueble amplio y una sonrisa eterna, que enseña algunas caries negras por expresar dulces melodías de Chopin. Hacia la izquierda está Cometa, una de esas bicicletas de hierro antiguas fundidas al horno que se ven en las películas italianas.
Me encontró hace un año cuando la compré moribunda entre su óxido en un pueblo aledaño a Buenos Aires llamado Bragado.
Su ojo claro y luminoso a dínamo y sus frenos varilla de antenas de avispa la convierten en una gran compañera. Es de color gris con ruedas de carreta vieja, humilde en su expresión y amable al paso. Guarda en su espíritu el continuo anhelo de volar. En el centro de la escena, con un rol principal, solo pero seguro de sí mismo, brilla en su melancolía mi nuevo gran amigo, el bandoneón, llamado La Arruga Llorona.
Este cuadro de mi hogar describe mi amor al tango y a la música en general, y el nombre de los objetos con lo que convivo inmortaliza mi mundo de ensueños paralelo y protegido de la realidad diaria, aburrida, contaminada y en peligro de extinción. Siempre creí-sentí que cada uno de nosotros está situado en órbitas diferentes como los planetas y que en cada momento de la vida de cada persona, según la frecuencia en la que estemos vibrando o la energía con la que nos tomemos la vida, nos cruzamos con unas u otras personas. Cada cruce con cualquier ser vivo cumple la función de evolución, de crecimiento y de aprendizaje; así funciona la rueda orgánica impulsada por el sol. Cuando uno cree en la energía o en el Dios que elija, la vida pasa a ser partícipe de acontecimientos mágicos, incomprensibles para quienes no consiguen soñar despiertos.

ENCUENTRO en RE

Tengo treinta años y siento al tango desde pequeño, pero por una misteriosa razón, hace poco entré en contacto con un fueye por primera vez en esta vida. Asisto a un conservatorio donde estudio música clásica hace dos años. Una tarde, una mujer que pasaba esfumándose como un ángel, me ofreció probar un fueye al escucharme silbar un tango en el pasillo. Mi primera reacción al ponerlo sobre mis piernas fue un llanto de reencuentro, encargado de hacerme recordar que estaba vivo. Esa tarde corrí a mi hogar, tomé unos ahorros que tenía guardados y empecé a buscar un bandoneón. Cada minuto investigaba sobre cómo hacer una buena compra. Mi entusiasmo y ansiedad me traicionaban, y después de varias semanas de buscar y buscar compré un hermoso y muy viejo bandoneón.
Sentía afinidad. Su marca era ELA, una marca conocida en el ambiente musical del tango. Estaba en un estado de supervivencia, pero a medida que pasaban los días y seguía investigando sobre bandoneones, una fuerza externa me impulsaba a intentar revivir al moribundo fueye. Al paso de los días mi nuevo amigo se iba desmoronando junto con mi entusiasmo, algunos botones se desprendían al estudiar, sufría pérdidas de aire, muchas de sus notas sonaban desafinadas, no gemía con fuerza.
Un día, con la lentitud con la que se abre un cofre pirata, entré en el interior del místico instrumento. Lucía enmendando y funcionaba bien, pero el pegamento tras pegamento tras pegamento hacía que algunas partes se trabaran.
El árbol de pino abeto que había dado su madera para construir ese bandoneón estaba agonizando en silencio, con un rezongo más triste que el sonido inherente al instrumento. Acudí a algunas personas para arreglarle ciertas cosas, pero sentía inconfundiblemente que nadie más en el mundo iba a cuidarlo como yo lo haría. Hubo momentos de confusión y ganas de despojarme de él. Analizaba también, atormentado, la idea de devolverlo y juntar más dinero para comprarme el emblemático doble AA, bandoneón del que todos hablaban.

ANOCHECER en SOL MAYOR

Aquel 16 de diciembre, día de mi nacimiento, había intentado estudiar en el bandoneón, un tango llamado A Pedro Maffia, un hermoso tango de Aníbal Troilo. Un arreglo musical simple, ya que hace poco había comenzado con el estudio del bandoneón y mi sensación de traición al piano me aquejaba en sueños. Pasaba más tiempo investigando y observando su funcionamiento que estudiando música. Esa noche de mi cumpleaños, mientras cenaba en mi balcón, el vació de mi soledad comenzó a llenarse por una presencia extraña que me protegía; era un sentimiento cordial, amable, humilde y personificado. Quizá, mi filosofía de vivir acumulando la mayor cantidad de sucesos felices por día me confería la oportunidad de soñar despierto. El entusiasmo y la intensidad de disfrutar cada segundo por estar vivos me hacía estar atento a las señales claras en mi mundo. Toda la vida creí y creo que todo es magia y estamos flotando en el firmamento sin hilos a causa del truco de un gran mago. Aquella noche sentía que una presencia amiga se acercaba y mi cuerpo vibraba en una frecuencia de avistaje extraterrestre. Así fue… Lateralmente una silueta sedujo mi vista, expandiendo al máximo el ángulo de visión humana… Mi cuerpo empezó a sentirse en compañía extraña pero segura, y al girar mi cabeza hacia el interior del ambiente me paralicé de un susto sin miedo… Una figura sostenía mi bandoneón… Quizá, esa presencia se estaba apiadando de mi soledad y había decidido hacerme compañía el día de mi nacimiento. Misteriosamente no tardé en recuperar la calma, y mi corazón quedó hipnótico bajo una melodía sincopada. Había decidido cenar a la luz de la vela ocultando mi festejo solitario. Por eso, para poder acercarme y verlo, atravesé con cautela la media sombra que arrojaba el piano. Mi velador naranja era cómplice de la aparición y estaba más tenue que nunca. ¡Era Troilo!, la historia viva del tango… Un halo de luz circundaba su figura y el velador respetuoso se opacaba ante su presencia. Estaba bien vestido. A su expresión amable y humilde la acompañaba un peinado a la gomina. Una sonrisa dulce me transmitía confianza. Me acerqué despacio y con respeto mientras oía una voz ronca que murmuraba: -La Arruga Llorona le pusiste-… Y se reía, mientras la emblemática papada se unía a su sonrisa. Mis nervios disminuyeron para entrar en la calma, y me llamé al silencio absoluto para sentir su voz:
-¨ Tuni, hermano… No sabés lo lindo que se siente tu sentimiento en las estrellas; allí se siente fuerte lo que cada ser humano palpita de corazón. Confió en vos y en lo que estuviste sintiendo en estos días, y en lo que estás por hacer con tu bandoneón. Es por esa justa razón por la que estoy aquí. Hiciste una buena compra, no te desalientes que el amor siempre salvará a la música, es la misma cosa. Se necesitan más corazones que amen la música y no dejen en el abandono a los instrumentos, al bandoneón. Este fueye lo tenías que comprar vos, era para vos. Cuando le devuelvas la vida y lo restaures será tan grande la satisfacción, que sentirás no haber usado tus ahorros. Mi amigo…, te voy a guiar en cada momento. Sólo debés seguir el ritmo de tu música y que la mente interfiera solamente para la parte técnica. Esta carta que dejo aquí es para vos y podrás leerla cuando termines tu labor que tanto sientes. Desde las estrellas y desde todos lados, Ástor, el Negro Juárez y tantos otros estaremos con vos en todo el proceso y muy orgullosos de poder guiarte. Amigo mío, la música es el viento cósmico que sopla la vela del alma humana y encausa los sentimientos hacia altamar de las estrellas. Amor, paz y fraternidad musical¨.
Me refregué las lágrimas y ya se había esfumado. La tranquilidad reinaba en mi cuerpo y por un instante creía haberme dormido, pero no era así.
Estaba parado justo al lado del bandoneón y mi cena estaba afuera, fría, a la ridícula espera. Me había levantado y había caminado hacia él, hacia el gordo...
Sobre el fueye, una carta añeja con un moño firulete de color gris me esperaba para hacer contacto y reafirmar el encuentro. La tomé con suavidad y la guardé dentro de un cajón hasta cumplir con mi labor para poder leerla.
Esa misma noche sentí a mi guía de inmediato. Me acordé de que tenía guardado en un armario tres cajas de instrumentos odontológicos de acero inoxidable, que mi madre usaba cuando ejercía la profesión; eran perfectos. En un estado de locura confianzuda desarmé íntegramente pieza por pieza el desmoronado fueye y me fui a dormir con la punzante congoja natural de no poder volverlo a armar.

RESTAURACION en LA

Al día siguiente el sol brillaba más de lo normal, quizá por el estado emocional de mi cuerpo. Era muy poca la información que había disponible acerca de cómo restaurar un bandoneón, y poca la paciencia o la falta de gentileza de algunos encargados del oficio a la hora de enseñar o guiar a un soñador despierto. Sentía que la magia vivía en la naturaleza del instrumento, y no en las personas que ocultaban y no compartían la experiencia del oficio, convirtiendo el misticismo del tango en un virus de extinción. Las órbitas del gordo empezaban a moverse facilitándome los datos y las pistas que me iban llevando a la obtención de cada repuesto, de cada ejecución, de cada movimiento para arreglar y revivir a la Arruga Llorona. Aquella mañana salí silbando un tango hacia una ferretería cercana y compré un torno para limpiar las piezas de madera. Algo desde arriba me decía que la cantidad de piezas eran tantas que era conveniente fotografiar cada parte del proceso para no olvidarme.
Pichuco estaba ahí, en cada lugar resignando sus vacaciones cósmicas para ayudarme . Asombrosamente, el ferretero tenía una papada alegórica. Lo primero que dijo fue que el torno que estaba por comprar era perfecto para trabajar zonas pequeñas en los instrumentos musicales. Mi complicidad invisible con Troilo era emocionante. Pasaban y pasaban los días. Cada señal y cada pista estaban montadas sobre la mecánica de un reloj suizo, y se cruzaba con otra rueda para generar una dirección precisa. A cada sector de madera que limpiaba y lijaba con la lija correspondiente debía entrarle un tango a su interior. Por eso, siempre aproximaba cada parte del instrumento a la radio, mientras sonaban tangos en la 2 x 4. Fueron días donde me abstraje de la realidad diaria y enfrenté emocionalmente voces familiares, distorsionadas, que se referían a mis actos lunáticos, la “locura” de haber desarmado aquella reliquia, el bandoneón… El gran misterio del tango corría peligro de no poder volverse armar…
Tenía en mi mente cada paso, cada sector del funcionamiento. Recurría por momentos a las fotos que había sacado. Algunos momentos se convertían en obsesión justificada; no le quería fallar a Pichuco ni a mí. Pasaban y pasaban los días. Era gracioso y elocuente el funcionamiento de las órbitas Troileanas a mi favor. En esos días de inconciencia terrenal y conciencia cósmica encontré en Buenos Aires un taller, en donde solamente hacían resortes a medida. Su magnífico dueño llevaba un peinado erizado, como afirmando su genialidad en el oficio de la resortería. Mi fueye, la Arruga Llorona, florecía entre rezongos... Otra mañana, mientras esperaba el colectivo número 29 color cartel ilusión, dos mujeres que planeaban visitar el barrio de Boedo para comprar cueros, me brindaron indirectamente una valiosa información. Cada vez que recibía una nueva señal, me quitaba mi boina, y mirando hacia arriba, le agradecía al gordo mientras me reía. En Boedo se conseguían a bajo precio los cueros de cabra y de vaca. Son esos que se colocaban en el interior del bandoneón en ciertos lugares para la oclusión del aire. Quien me los vendió, con una voz ronca, me asesoró en la elección de cueros con la certeza y humildad de un experto Luthier perdido en un barrio de tango… Mientras transcurría mi aventura, aprendía de cueros, de maderas, de resortes, de acústica, de magia, de texturas, de nuevos olores , de metafísica y hasta conocí mujeres. Mientras tanto, el árbol que había dado su madera para este bandoneón en alguna parte de universo empezaba a florecer. Mi verano conmovedor estaba impulsado por mi pasión al tango, por el amor y por la magia de tener a alguien que te guía desde el firmamento. Un maestro sabio, humilde, etéreo, profesaba la inminente fraternidad musical de la próxima era. Era verano y los días pasaban. Mis amigos y familiares me llamaban desde la costa atlántica para que los visitara algunos días, pero no podía olvidarme de aquel encuentro, tan verídico, tan conciente. Sentía la emoción próxima de verlo terminado, y agradecía a los árboles que habían dado sus brazos para tocar un tango. Los videos que miraba mostraban como construir y restaurar guitarras, violines, violonchelos, pero no bandoneones. Este nuevo video era filmado por mis ojos y dirigido por gran director, Pichuco. Tras dos meses de trabajo, perdido entre el polvillo, el desorden de herramientas, dibujos, tangos, romances y anécdotas, anhelaba abrir la carta que me había dejado el Gordo. Un día, como un loco transpirado por su creación, oculto detrás de unas gafas protectoras de polvillo color amarillas fluorescentes, finalicé la restauración mientras la carta escondida en el cajón brillaba con intermitencia de ansiedad.



CARTA en LA SOSTENIDA

Cada pieza estaba limpia, los resortes nuevos, los cueros cambiados, y el ornamento de nácar relucía como las conchas marinas que habían dado su cuerpo. El pegamento extra había sido retirado, y el sonido sólo hacía una comunión orgánica y dulce con la madera que lo acunaba. El papel marmolado que forraba el fueye de cartón prensando había sido diseñado. Ahí estaba la Arruga Llorona, después de dos meses de caricias, sentada sobre la banqueta del piano, pero nueva, radiante de tristeza. Terminé una tarde a fines de febrero, y ese mismo día, antes de probarlo, me preparé una cena de festejo como la noche en la que comenzó esta historia. En el preciso momento del brindis conmigo mismo y con el tango, música que une almas solitarias, lo hice sonar. Mi bandoneón lloraba de alegría, gritando que su historia debía ser contada. Las experiencias vividas con mi fueye debían ser compartidas, para extinguir el fuego ardiente de extinción. Lo sentía distinto, curado. Ahora sí, era realmente mi bandoneón, y las lágrimas de emoción me autorizaban a buscar la carta escondida en el cajón. La taquicardia en aumento me impulsó hacia el cajón donde estaba esa carta ansiosa por abrirse, como un regalo que espera a un niño. La tomé entre mis manos curtidas por la restauración y la empecé a leer:
¨ Tuni, hermano, estoy inmensamente orgulloso y emocionado por ver a tu nuevo fueye con vida, gimiendo de felicidad, de tango. Sabía que no te ibas a rendir, mi alma te da las gracias por confiar. En las estrellas, arriba y debajo de la tierra, la música sostiene todo lo que sentimos, lo que vemos y lo que no. Estas leyes se comprenden fuera de la tierra. El universo es música y vibra armónicamente. Se acercan tiempo de fuertes cambios, la tierra necesita más y más personas con verdadero amor a la música. El planeta quiere volver a cantar lejos de todas las trampas de la competencia y cerca del sentimiento de la cooperación. La fraternidad musical en la tierra es inminente, no sólo del tango sino de toda la música. Aquí arriba no hay separación de géneros, estilos, naciones, gobiernos ni de razas. Aquí, mi querido amigo, la música es la unidad de todos los seres, planetas, galaxias, etnias, naciones y pueblos... Te he guiado en esta aventura y ahora, humildemente, quiero pedirte una mano, una ayuda, un favor. Tu amor a la música y al tango me ayudará a cumplir una deuda pendiente allí en tierra. Tuni, esta historia, nuestra historia, debe ser contada a todas las personas que puedas para salvar el espíritu futuro del tango, de la raza y del planeta. Muchos no creerán nuestra historia, pero tan solo es cuestión de tiempo. Cuando era niño, tuve la bendición en la existencia de que mi querida madre me regalara un bandoneón con mucho esfuerzo, y ahora le toca a otros niños la posibilidad de expandir la música del tango, del cosmos. Difunde esta historia hacia todos lados, y una vez hecho esto, viaja por mí al colegio más recóndito de tu país y llévales a los niños tu música y materiales de estudio. Encárgate de que alguien afine los instrumentos que puedas, y obsequia un bandoneón de estudio a un niño que elijas personalmente, para que tenga la bendición que tuve yo, porque si naciera de nuevo mi amigo…, me gustaría ser otra vez Pichuco Aníbal Troilo. Gracias por la valentía de creer, y desde aquí, desde el sur de la galaxia y en todos lados, les envió paz, amor y luz a todos los seres que aman la música...
Esa noche leí la carta y mis ojos vidriosos se inundaban de la responsabilidad eterna de no fallarle al Gordo, mientras en el aire de mi barrio se oía: ¨ Dicen que me fui de la tierra, pero cuando, pero cuando…, si siempre estoy llegando”.

FIN.

miércoles, 2 de febrero de 2011

La alimentación líquida


Buenos Aires 1 de febrero de 2010

Cada segundo gotas de magma anaranjadas e incandescentes nacen entre miles de millones de gotas de la superficie de nuestro sol y arrojan al espacio exterior haces lumínicos portadores de conciencia. La tierra, de cara al sol, los recibe calidamente para templar la vida en su interior y otro rato descansa mágicamente a la sombra de una frondosa galaxia junto a sus hijos. Esta música acompañará a la tierra en su descanso y a ustedes en su lectura.

http://www.youtube.com/watch?v=9ViTXgAb-vo

Este párrafo inicial y poético para algunos y para otros no, parece ser cierto para los que sienten el sol en la piel. De la superficie de nuestro sol nacen en un medio líquido como la lava, haces lumínicos que viajan por el espacio y llegan a la tierra. Esta superficie solar de luz líquida y las tormentas solares son las responsables, entre otras cosas, de que ustedes y yo tengamos un corazón y un cerebro para leer y escribir esto respectivamente.

Esta fuente inicial de luz es líquida y una hermosa causalidad nos hace nacer en un medio líquido como lo es el interior del vientre materno y donde un ser humano empieza a desarrollar un cerebro para pensar acerca de esto, de la existencia o de cualquier religión.

Otra hermosa causalidad hace nadar a un espermatozoide a través de un medio líquido hasta llegar al óvulo. La tierra está constituida en su mayor porcentaje por líquido y aún más, otra hermosa causalidad nos constituye a nosotros mismos en un mayor porcentaje de líquido, como la superficie de nuestro sol. El que nos da la vida.

Los mares, contenedores de aguas vivas proporcionan líquidos de vida. Como la risa y el llanto que se manifiestan en gotas líquidas a través de los ojos.

Otra hermosa causalidad es la lluvia que riega los árboles para que beban y nos den oxígeno para respirar.

Si cualquiera de nosotros dejara un vaso con agua un tiempo considerable al sol nacería la vida, no sólo molecularmente hablando, sino visible antes los ojos humanos.

La mayor parte del oxígeno del planeta es emitida por el reino vegetal marino y está a cargo del fitoplancton, en los mares líquidos del planeta.

En las profundidades de los océanos adónde no llega la luz solar, los biólogos marinos descubren seres vivos. Es claro que para poder verlos necesitan alumbrar con luz, la misma que sale del sol y en cierto casos observarlos con tecnología Infrarroja que muestra diferentes colores según la temperatura del cuerpo de estos seres de consistencia líquida.

Podemos citar miles de ejemplos, más específicamente todos los que hay en la tierra. Todos nacen o son derivados de un medio líquido, derivados del sol y su núcleo líquido.

Queramos o no estamos siendo alumbrados bajo un cono de luz que nace en el sol, pasa a través de nosotros y sigue por el espacio. La tierra es sólo una gota líquida adentro de este cono lumínico de vida. Bajo un acto de grandeza y respeto, el diseño orgánico de la vida se apiada y lo alcanza hasta la tierra en forma de haces de luz que templan a su medida justa las aguas para crear la vida, de lo contrario nos quemaríamos.

Es mágicamente causal que en el centro de la tierra haya magma, luz líquida como si fuese una semilla del sol envuelta en vida con tendencia a renovación continua.

Si toda la vida está relacionada con el medio líquido, sea el agua o la misma luz líquida de la superficie del sol.

¿Cuál debe ser nuestra alimentación para funcionar en armonía con el sol?, de donde nace la vida. La respuesta está en una alimentación líquida.

Siempre teniendo en cuenta y agradeciendo la bendición de los que tienen para comer.

El mayor porcentaje del planeta está constituido por agua y el menor porcentaje por sólido para dividirlo de alguna forma. Ese es el equilibrio que debemos tener en la alimentación para tener mayor conexión con la fuente, el sol.

Lo más difícil es transformar el esfuerzo de comer bien en un hábito. El hábito de tener una alimentación con un equilibrio entre líquido y sólido como lo tiene la tierra en su misma constitución.

Es por eso que se recomienda comer verduras y frutas que tienen una mayor parte de su esencia líquida. Es por eso que se recomienda comer pescado antes que la carne. Los peces nadan en el agua y se alimentan de los que le da su medio líquido.

Todo lo que venga del agua o esté constituido en su mayor parte del líquido está mas cercano en la cadena a la fuente de energía, de luz líquida y al momento de máxima pureza adentro de la panza materna de contención emocional líquida.

Uno puede pensar acerca de los granos y semillas y en su consistencia sólida. Pero la lluvia que cae sobre una semilla arroja una flor que causa un buen sentimiento o un fruto con abundante líquido y la lluvia que cae sobre un pedazo de carne en descomposición crea un hongo, un gusano. Es por eso que se recomienda comer cereales o semillas.

Claro está cuando una semilla da una flor, ésta genera entusiasmo, fragancias que reconfortan al ser humano. El ser humano reacciona mejor ante una flor que ante un gusano o un hongo aunque estos cumplen un papel fundamental en el ciclo de renovación. Ese instinto natural es el que nos dice que comer.

Cuando uno come semillas o frutos que contienen semillas está comiendo vida y nueva vida. Está comiendo vitalidad que se refleja a la hora de pensar y a la calidad de sangre oxigenada que el corazón bombea para enviarle al cuerpo.

Tener buen oxígeno en la sangre es una puerta a tener pensamientos claros, profundos, sinceros. A perder el miedo, a tener entusiasmo, a vivir, a encarar un proyecto personal y a enamorarse y a realizar actividad física primordial para que el corazón que como todo músculo necesita.

Cualquiera puede probar una semana completa en comer carne y comidas sólidas todos los días y sentirá un resultado cansino, con menos tolerancia, más fatiga, más tenso, un tanto nervioso. Siempre exacerbado por el kaos y el stress de la ciudad.

Pruebe una semana comer frutas, semillas, verduras, hortalizas y un poco de pescado, que nada en un medio líquido, y compruebe que pasa con la su vitalidad de su cuerpo, con su ansiedad, con su peso y con su entusiasmo al inicio del día. Se renueva, se limpia, se hace más liviano y del entusiasmo nace vida y de la liviandad las alas para volar en todas su formas.

Claro que se puede comer carne, yo particularmente como poca y aclaro que me gusta pero la consumo en una proporción similar a la del líquido y sólido en la tierra. Una o dos veces a la semana y claro está que si es pescado mejor ya que nada, nace y vive en un medio líquido. Como el centro de la fuente que le da la vida.

No pretendo dar un dieta. Pretendo compartir una reflexión que sentí tomando un mate en mi terraza al caer el sol, acerca de cómo un equilibrio semejante al de la tierra es posible en la alimentación y como consecuencia vivir en armonía con nuestro planeta y bajo el mismo cono de luz.

El reino vegetal es el que mostró los primeros síntomas de vida en una tierra líquida es por eso que al comer un alga le estamos dando a cuerpo como alimento millones de años de evolución orgánica líquida.

Al morder una sandía cualquiera puede comprobar su esencia líquida, y que un tomate o un zapallito es una manzana más líquida que la misma manzana.

Cualquiera puede comprobar que al cuerpo le es más fácil digerir comidas livianas y de constitución líquida que una constante ingesta de comidas sólidas.

El ciclo parece estar claro. El sol llega a la tierra en haces de luz y hace crecer los alimentos en la tierra y en los mares. El ser humanos los come y los devuelve a la tierra o al mar.

Mientras más rápido uno consuma los alimentos después de haber salido de su medio natural es mejor. Es una relación más directa con la fuente que los hace crecer. Poseen mayor batería solar. Eso es lo que llamamos lo alimentos frescos.

Una manzana entra en una fábrica para ser seleccionada, lustrada, para que brille, ser vendida y pasada por las manos de personas con diversos tipos energía. Todo bajo una posible mala alimentación de quien la toca confiriéndole su energía. Después es empaquetada a oscuras para llegar a una verdulería y para cambiarla por algo que contamina al planeta como lo es el dinero. Lo que me estoy comiendo es una manzana que ha sufrido su pérdida de luz. Ni hablar de las hormonas inyectadas que aumentan su tamaño.

Algunos dirán que tan solo es una manzana, quizá todavía no deban leer el texto, pero la reflexión de este escrito espera con los brazos abiertos y amor a todos y todo el tiempo del mundo.

Es por eso también que muchas comidas y granos se exponen al sol para incrementar su tamaño y su energía calórica. Es por eso que no echamos un rato al sol después de comer para devolverle al cuerpo la luz perdida en algunos alimentos.

Es por eso que poniendo un rato agua en un recipiente de vidrio, le devolvemos su viaje por la oscura industrialización. Digo de vidrio por que el plástico al sol desprende compuestos químicos y tóxicos, como evaporizando a la materia de la mano del hombre.

El agua de ese recipiente de vidrio puede ser usado para beber y lavar las verduras.

El sol que nos da la vida, renueva y puede hacer generar al cuerpo en su torrente líquido, la sangre, las sustancias más poderosas que cualquier medicamento puede garantizar para la cura.

Cuando unos se poner triste o feliz, el cuerpo genera sustancias químicas respectivas al sentimiento. De la misma forma al acercarnos al sol a través de los alimentos el cuerpo puede generar cualquier sustancia para sanar hasta una enfermedad terminal. En cierto casos ya es tarde por una desequilibrio anterior con respecto al de la tierra y el medicamento tan solo pone un velo falso que los disfraza de salud.

El sol regenera, por eso cuando uno se corta el mismo diseño orgánico de la vida, coagula la sangre construye una cáscara y como por arte de magia le devuelve a la piel su suavidad y su vida. Eso sucede gracias a que comemos lo que el sol hace crecer.

Es claro que este cono de luz al que hago mención en cierta parte del día queda detrás de un hemisferio y produce una penumbra, la noche. Ahí es cuando el ser humano añora la luz que le da la vida y enciende una vela, prende una luz o ilumina una ciudad. Es como si ese cono de energía vital se filtrara por los poros de la inteligencia para crear luz acompañado por las estrellas.

Ese porcentaje de penumbra constituye la menor parte del día, la otra parte es luz encendida y ese mismo porcentaje también debería atribuirse a la alimentación.

Lo mismo sucede con los enlatados a oscuras por mucho tiempo, con gran parte de la comida refinada y con los procesos de industrialización.

Una banana no libera adrenalina de miedo al pelarla. Una vaca sí y más en un camión que se dirige al matadero. Esa carne tensa y asustada es la que ingresa al cuerpo que al no haber un equilibro moderado lo transforma en un cuerpo con las mismas características en la que ingresó la carne.

Hace bien comerse un asado, pero sin culpa y con proporciones equilibradas y con aires de solidaridad en renovación natural. No lo digo yo, lo dice el cuerpo de cada uno con la vitalidad que le confiere cada tipo de alimentación.

En la alimentación líquida y bajo este cono de luz las aguas se renuevan constantemente y hay una fuerza que tiende a la vida a renovarse y a florecer.

Los océanos tienden a limpiarse aún contaminándolos. Las árboles vuelven a crecer aún forestados. Todo tiende a renovarse bajo esta energía y al estar adentro del mismo cono de luz somos la naturaleza misma y tendemos a renovarnos.

Ese es el argumento visual y aislado de la ciencia mediática que nos dice que hay una fuerza interna que mueve todo hacia la purificación y sanación de lo que tiene vida. Esa renovación la facilitamos proporcionándonos en el cuerpo la calidad de lo que comemos y respetando el equilibro similar al de la tierra y sus mares.

Somos lo que comemos y lo que comemos son nuestro pensamientos. Tal vez alguien haya visto un herbívoro agresivo en la naturaleza, yo no. A lo sumo un omnívoro que es el ser humano y que en función de su equilibrio en la alimentación puede resultar mas agresivo o más pacífico.

De todas formas un herbívoro como la jirafa no es bondadosa por que come hojas de la copa de los árboles. Son sus características naturales y son difíciles de cambiar.

Una león no es agresivo porque es carnívoro. Son sus características naturales y difíciles de cambiar.

Pero el león no hace daño ni la jirafa tampoco. El ser humano sí, y tiene la fortuna de poder cambiar su alimentación, su acciones y su actitud para con el planeta y su entorno.

La alimentación líquida, que es como la llamo yo, empieza a olvidar el consumo de bebidas ya que son suplantadas por la alimentación líquida.

Un copa de un rico vino es necesaria para el que le guste, pero viniendo al caso se hace con la uva, mayoritariamente líquida, esférica.

Convertir el esfuerzo de tener una alimentación líquida a un hábito es el mayor desafío y quien logra acercarse a ese equilibrio se esta acercando a la fuente que hace crecer los alimentos que comemos y que renuevan y florece a los seres humanos de la misma manera en que los mares renuevan sus aguas.

No es tarde para empezar a comer un poco mejor. Es el inicio de la búsqueda de un bienestar personal, de familia, de los seres humanos, del entorno, del planeta, del sistema solar, de la galaxia, del universos, de nosotros mismos.

Mucha luz para todos y agradezco de corazón la gente que me está ayudando a expandir los escritos con su gente y sus contactos en Internet.

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Buena comida, buena semana, buena vida.

Tuni.

martes, 11 de enero de 2011

El día en que la tierra le habló a la luna


Buenos Aires 10 de enero de 2011

La noche morocha de rulos ilumina Buenos Aires y en un instante queda muda y se pone un camisón blanco lleno de estrellas. La tierra de un azul profundo se enamora de la luna y le habla con un suspiro de amor que entra por mi ventana y armoniza mi llamador de ángeles colgado en el marco de un cuadro transparente. Las cortinas flamean con erotismo y afirman que este amor es genuino, sin pensamientos, puro e inundado de sensaciones mágicas, cósmicas. Esta música les acompañará en la lectura del texto.

http://www.youtube.com/watch?v=RxwceLlaODM

Hace un tiempo sentado en la terraza de mi casa en una noche estrellada oí que la tierra conversaba con la luna acerca del amor y hoy siento la necesidad de escribirles sobre las relaciones amorosas entre los seres humanos en la tierra. Esta reflexión se manifiesta a través mío pero es la tierra quien revela su secreto a quienes confíen en su magia. El amor que hay entre la tierra y la luna se logra a través de un largo proceso de evolución orgánica personal, interna, de crecimiento humano y de sanación personal. La luna y la tierra primero tuvieron que estar en armonía ellas mismas para luego complementarse con felicidad y así atraerse sin tocarse en ningún punto, sino bailando en una órbita sensual, elíptica y magnética, para darnos la vida a nosotros, sus hijos.

Soy de conversar con personas en diversos lugares inusuales para algunos, sea en plazas, paradas de colectivos, restaurantes, en la calle, en los sueños y en muchos lugares donde cualquier gesto o mirada desencadenan charlas de diferentes emociones, expectantes de ser oídas para continuar la evolución y el crecimiento de todos los seres.

Mi sentimiento interno a través de estos años ha ido manifestando en lo más íntimo de mi cuerpo que los seres humanos anhelamos encontrar a un compañero o compañera con quien compartir experiencias felices, tristes, de entusiasmo y de ensueños. El anhelar encontrase con alguien amada o amado es inherente a la especie y se manifiesta a merced de la procreación y la evolución de vida.

Quienes sienten que han encontrado esa compañía, ya han sido bendecidos por el amor que la tierra y la luna confieren a sus hijos.

En muchos casos el amor no es genuino, sino una consecuencia cultural del miedo a estar solos. Una vida encubierta, ciega, finita y sin entusiasmo. Un gran porcentajes de los seres humanos se separa y otros se juntan demostrando una vez más que la vida cumple ciclos. El reflujo de energía es constante, como si fuera una órbita donde las energías buenas y malas se cruzan y hacen que el hombre y la mujer orbiten el uno con el otro por un tiempo determinado.

Esta simbiosis es más duradera cuando cada una de las partes logra tener un equilibrio personal y cuando cada uno se hace fuerte por sí solo, cuando vive una vida con entusiasmo, con amor y tranquilidad sin exigirle nada al otro ni a nadie.

Cuando uno le exige a su compañero o compañera tiempo, amor, presencia, en realidad está siendo atraído por la energía del otro, fluctuante e insegura y es ahí cuando nos convertimos en una marioneta emocional.

Cada ser humano para graficarlo de alguna manera anda por la vida sobre un riel cuya fortaleza y dirección es personal. Este riel, el del hombre y la mujer jamás debería tocarse ni cruzarse en ningún punto, estos carros van siempre paralelos u orbitan circularmente sin tocarse como la tierra y la luna que se complementan.

Lo que sucede a menudo es que cuando uno pierde el vector de su riel se ve atraído por la energía del otro como si una fuerza gravitatoria lo atrajera y lo hiciera colisionar con el otro carro ya sea femenino o masculino. Ahí surge el problema, en el contacto de los dos caminos. Todas las exigencias y reclamos son problemas de uno con uno mismo y cada uno va experimentando, creciendo y aprendiendo por su camino.

El trabajo más difícil es no perder el foco de lo que hace bien internamente a cada ser individual y es ahí, cuando se logra un equilibrio y por arte de magia aparece alguien en forma paralela que lo vemos con solo girar la mirarada hacia un lado. Se desplaza en paralelo y como no hay contacto esa fuerza es más erótica y complementaria y se une a la felicidad de uno para orbitar como los astros, pero sin tocarse ni alterarse el desarrollo orgánico y espiritual de cada parte, de cada carro, de cada ser.

Imagínense si la tierra perdiera su foco y le reclamara a la luna más luz, se debilitaría y la fuerza gravitatoria las acercaría hasta estrellarlas. Eso sucede con las relaciones humanas.

Hasta que cada ser por separado no encuentre algo que lo armonice y no dependa de nadie difícilmente podrá convenir con otra persona. Y si así lo hiciese cualquier persona capaz de discernir sabría que la vida se pasa y estaría preso de sus sentimientos. El arte, la música, la gastronomía, la lectura, la pintura, el canto, la música, la escritura, muchas de estas artes y tantas otras disciplinas que a uno lo mantengan vivo espiritualmente alimentan el entusiasmo personal a los seres humanos en la tierra y son directrices a una estabilidad personal del ser.

Muchos no le interesa la búsqueda y es válido ya que cada uno hace lo que siente, lo que puede o lo que quiere. Pero sin darse cuenta la luz de sus ojos es cada vez mas tenue y el sentimiento falso e interno tarde o temprano desencadena en palabras y roces acercando los rieles de las parejas hasta chocarlos en algún punto de la línea de la vida.

En muchas conversación me han dicho qué es lo que sucede cuando una de las dos órbitas sea el hombre o la mujer pierden su energía armónica y personal y se empiezan a acercar hasta chocar en cualquier conflicto típico.

Siento que cuando uno va a paso firme por su camino y siente que el motor que lo mueve es sincero tiene que ayudar al otro a que su carro no se quede. Muchas veces es tan diferente la energía del otro que hace que el carro de uno se detenga por completo. El movimiento no debe detenerse nunca, como las órbitas de la luna y la tierra porque ocasionarían un choque o una separación. A veces es necesaria que suceda para que algo nuevo vuelva a nacer. En el caso del choque, esa energía que los hacia orbitar con magia el uno al lado del otro ha disminuido y uno de los dos se ha quedado en diferente lugar. Ni más atrás ni más adelante. Simplemente en otro momento de la existencia. Y es ahí cuando de un momento al otro ese lazo se corta y ambos se encarrilan con energías nuevas, con compañeros y compañeras nuevas que gestan una órbita sincrónica, armónica, llena de amor. Como consecuencia una vida feliz.

Las piedras de la separación más difíciles de sortear son las del miedo y el desapego. Los recuerdos tristes en la mente hacen que rocen las energías sin darle lugar al renacimiento. Los pensamientos que son inevitables y absurdos como imaginarse al otro con otra persona causan un dolor innecesario pero que a su vez es necesario. El dolor es necesario, y es parte de la vida, parte del ciclo. Pero más allá del dolor cualquier intención impulsada con el corazón en un mediano o largo plazo florece de nuevo, fuerte, con aroma y lleno de colores. Y la mente se empieza a llenar de nuevas y felices experiencias que van borrando las anteriores.

Es verdad que en el medio de separaciones a veces lamentablemente están los niños. Se suele de decir que los niños no entienden. Los niños entienden lo que sucede desde antes que se genere el conflicto incluso mucho antes de que uno lo exprese o lo empiece a generar con su mente, con sus miedos. Lo sienten en el cuerpo simplemente por que están mas evolucionados, porque nacieron después y no tienen el cerebro contaminado ni obstruido. Orbitan con fuerza y con belleza a todo el mundo. Sus sentidos son más agudos que los de cualquier adulto. Mas allá de la tristeza, los niños absorben una mejor energía en un entorno feliz y en armonía que en un contexto de tensión, miedos y discusiones gritadas.

La luna y la tierra orbitan en una danza cósmica y somos consecuencia de ellas. Somos hijos de la tierra por estar dentro de su panza. Pero por estar adentro de ella y ser más pequeños tenemos uso de razón y cerebro que es donde radica el cien por ciento de los problemas, en uno mismo.

Creo en el amor pleno, en el de película pero hay que encontrarlo primero con uno mismo y después hacia la vida, día a día.

Quien no se entusiasma con las cosas está tenue, apagado y manipulado energéticamente por quien se cruce. Quien esta seguro, en armonía y se permite estar triste, estar feliz, estar angustiado, estar asexuado, estar excitado, estar expectante, estar en movimiento emocional, gritar de alegría, cada tanto un enojo, cada tanto un miedo, llorar de la risa, entusiasmarse con todo, angustiarse con nada, ese realmente está vivo. Quien sueña con un amor está vivo como lo soñó el sol con la luna y la tierra.

Muchos decimos que buscamos el amor de nuestras vidas. Siento que el amor de la vida se conoce al fin de nuestra vida física o también que cada momento y suceso en esta existencia con alguien que nos haya hecho sentir un segundo de plenitud haya sido el amor de la vida por un instante.

El que es feliz tiene razón y el amor es lo único que la ciencia no puede explicar.

Sé que muchos que están leyendo este texto se siente plenos, otros se sienten solos otros están invadidos por el miedo, otros lloran, otros reflexionan, otros se ríen, otros se aburren, otros se acuestan al lado de sus mujeres y rozan su piel sintiendo absolutamente nada y otros explotan en erotismo.

Todos los sentimientos están bien. Son parte de la vida de cada uno, sus experiencias y aprendizajes. Lo digo una vez más. Arriba hay estrellas y abajo también. Estamos flotando en el firmamento sin hilos. Y la vida se pasa. Pasan los años y la luz de los ojos que no es sincera se opaca hasta perecer incluso con un cuerpo físicamente y falsamente vivo.

Mi sentimiento sincero esta noche de luna es que los que estamos solos, disfrutemos de este momento hermoso y aprendamos a convivir un poco con la misteriosa soledad buscando la armonía, que como por arte de magia aparecerá en el riel de al lado alguien firme, bello/bella de alma, armónico y lleno de amor que se complementará con nuestra felicidad.

Los que están en pareja no gasten energía en detectar los defectos del otro porque las carencia y defectos del otro son debilidades y defectos de ustedes que no logran superar y que a veces no se dan cuenta que ese naipe no está adentro de su mazo de posibilidades no superadas ni afrontadas. El otro está en su riel, viviendo y experimentado sus propias experiencias. Cualquier inseguridad nuestras será víctima de la energía del otro y ya no estaremos en nuestro riel, en nuestra órbita y conectados con la tierra. Estaremos con hilos en los brazos y en las piernas a merced del otro.

Ayudar al otro a estar fuerte es un hermoso acto de amor y apoyo la intención.

Pero que nunca detengan el carro propio por que la vida es movimiento y somos seres único y respondemos algo más grande que va más allá de los problemas mentales y de la tierra. Somos una migaja orgánica de una evolución planetaria y galáctica.

Para los que están en el peor momento amoroso de su vida, permítanse llorar, descargar angustias y estar tristes, confundidos y con ráfagas de remordimiento. Reduzcan la mente a lo máximo posible y sientan los latidos del corazón que no fallan nunca. La mente es la que falla y está llena de señuelos, de falsos sentimientos. Todo florece a su tiempo y el desapego es parte de la vida junto con el movimiento hacia algo nuevo. Hacia una órbita nueva que generará simbiosis con una estrella luminosa. La tormenta es parte del ciclo que dará frutos a su tiempo dependiendo de cada cuerpo.

Los que están enamorados, grítenlo hacia todos lados para impregnar a todos los seres de la tierra esa energía.

Los que están enamorados y no lo hayan expresado corran y háganlo sin importar las consecuencias ya que siempre son buenas.

Los que se levantan cada mañana y están infelices por quien tienen al lado. Conversen con sinceridad exponiendo los miedos que por algo la vida los puso al lado de esa persona y empiecen a disfrutar de sus defectos para que desaparezcan los propios. Conviertan el esfuerzo en hábito y nunca detenga el movimiento propio. El estancamiento hace tenue el brillo y somos hijos del sol. No es una metáfora, es física.

Los que tiene ganas de hacer muchas cosas y no sientan la compañía de su pareja, háganlo solos que tarde o temprano el otro aparecerá bajo el efecto de la intriga y el contagio de ver a alguien feliz y con independencia emocional, sospechando incluso de un engaño por inseguridad e infelicidad propia.

Quienes tienen hijos, busquen la salud mental y espiritual propia para estar bien y poder cuidarlos hasta que vuelen de sus nidos generando un entorno de amor y paz.

Los que controlan a sus mujeres, no lo hagan más porque son más inteligentes que los hombres.

Las que controlan a los hombres no lo hagan más porque los alejan.

Los que buscan hijos, tenga paciencia y amor que el diseño mismo de la naturaleza sabe donde hacer aparecer cada alma nueva y en el preciso instante que es necesario. Prepárense para recibir el regalo más hermoso del Cosmos.

Todos hagamos cosas nuevas todos los días venciendo los miedos que es la única manera de estar vivos. Siempre en el mundo hay alguien que está lamentablemente más solo, afortunadamente más enamorado, desafortunadamente más nervioso, afortunadamente más feliz, desafortunadamente mas dormido y afortunadamente más despierto.

Aquella noche en que la tierra y la luna conversaban del amor nos quedamos dormidos los tres hasta que calidamente nos despertó el sol.

Les mando un abrazo y disfruten de lo que tienen que ya es mucho.Se agradece compartir los textos de http://blogdefreelomtierra.blogspot.com/

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Muy buen año y mucha luz.

Tuni.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Un favor

Viernes 10 de diciembre de 2010

Un viento de 80 Km por hora acaricia los álamos verdes del alto valle de Río Negro, y no son ráfagas, es constante, como si el aire quisiera que escuchásemos algo, que el hombre en su desidia por la naturaleza no escucha.

Tal vez el viento nos esta pidiendo que le hagamos un favor a la tierra. Y por eso hoy les escribe el socio y amigo de Tuni (el hermano de luz que me dio la vida), y no él que es quien escribe semanalmente; justamente porque le estoy haciendo un favor. Pero un favor de verdad porque el nunca me lo pidió, y yo no le voy a pedir nada a cambio. La Balada Nro. 1 de Federico Chopin les acompañará durante la lectura. http://www.youtube.com/watch?v=XhnRIuGZ_dc

Simplemente pensaba que tal vez un día Tuni, no se levantara silbando algún tango, pensando en lo feliz que lo hacía vivir en este cosmos, y no tuviera ganas de escribir. Y que bueno sería que ese día tuviera un texto para convidarle a sus lectores. Por eso este texto trata de los favores, pero de los de verdad, porque si el FAVOR-CON-FAVOR-SE-PAGA , que clase de favor es si lo estoy pagando. El favor verdadero es el puro, que no busca nada más que hacer algo porque a uno lo llena simplemente hacerlo, de esos favores de los que se construye un mundo diferente.

Y mientras escribo tomando el café con leche de la tarde, ahí se acerca caminando con su cabellera crespa que le recubre todo su cuerpo. LALO, mi perro, y se posa en mi pierna y me mira, pidiéndome encarecidamente un favor, su galleta de agua. Y no habla, simplemente mira, y no pide. Simplemente siente, siente con tanta fuerza esa galleta de agua que hace que la ley de atracción funcione también para el que es un perro lleno de secretos sobre el universo. ¿Por qué desea con tantas ansias esa galleta?¿qué hace que yo sienta el deber mismo de dejarla en su boca? Y ah!, la mira, mordiéndola como si fuera un bife de chorizo a punto. Sabemos todos los que leemos los textos de Tuni qué pasa cuando uno desea algo realmente con el corazón, pero justo hoy pensaba qué pasaría si el deseo fuera para otro. Si esto que llamamos favor, sería un simplemente dar y ojo yo me considero un burgués, no quiero comunismo, creo que todos estamos bajo el mismo cielo de estrellas, pero las cosas requieren de esfuerzo para conseguirlas. De todas formas creo que yo soy un afortunado por lo que ya me dio la vida, amor, trabajo, salud, parrilla, amigos. Por eso los que estamos en esta posición no deberíamos recibir nada por ciertos favores que hacemos, simplemente deberían quedar ahí, en la cuenta positiva de la unidad planetaria.

Partiendo de esta premisa tan simple, creo que el mundo podría ser un poco mejor, al menos de a ratos. Porque uno no es feliz todo el tiempo, muchas veces lloramos, gritamos, aborrecemos todo, pero de repente, otra vez se prende la lucecita verde y nos deja pasar y nos sentimos vivos, y reímos otra vez y en vez de ir enojados, vamos silbando una canción y ahí está todo. El verdadero secreto es abrazar tan fuerte los segundos de felicidad de manera tal que nos queden los olores de las sonrisas impregnados en la piel durante mucho tiempo. Un amigo músico, me enseño a escuchar tan profundamente una canción como para largarte a llorar simplemente por la belleza de la música paseando por las entrañas.

Y no es cuestión de andar llorando cada vez que uno escucha la Balada nro. 1 de Chopin, la que les acompaña durante la lectura, que hermosa la balada. Simplemente es cuestión de permitirse una vez ser bien pero bien feliz, abrir el pecho y dejar volar todas las palomas, abrir los ojos y que broten lágrimas de emoción, abrir el alma y que vuele alto y lejos. En definitiva, optimizar las emociones, sacarles cada gota, entonces tal vez esos ratos que no estamos felices, que en honor a la verdad también son unos tantos, tal vez la piel todavía tenga el olor a las sonrisas que abrazamos antes de ayer, o tal vez estén en la piel de la mujer amada, y te las da cuando te dice buen día con un beso de café con leche.

Y ese es el antídoto, que tal vez no cura un mal día entero, pero sí hace que pase mejor. Me tomo una pequeña licencia y paradójicamente a ustedes les pido un favor, de los de verdad, de corazón. Simplemente ese favor que le hicieron al vecino, hermano, amigo, ser humano, perro, planta o quien sea, no se lo cobren, déjenlo ahí en la cuenta de la vida que tal vez algún día tenga los fondos del banco mundial de los buenos y tal vez nos den un préstamo de miles de millones de sonrisas, y con eso pagamos la deuda externa de la felicidad, que a veces tanto nos cuesta a los que vivimos en la tierra.

Muchas gracias de corazón por el texto mi amigo. Le deseamos con Gustavo un hermoso fin de semana junto a sus seres queridos como así también divulgar la web: www.freelomtierra.com.ar

Y un favor entre risas, compartir amorosamente los textos del blog con su gente. http://blogdefreelomtierra.blogspot.com/

Mucha luz.

Gustavo/Tuni.