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miércoles, 2 de febrero de 2011

La alimentación líquida


Buenos Aires 1 de febrero de 2010

Cada segundo gotas de magma anaranjadas e incandescentes nacen entre miles de millones de gotas de la superficie de nuestro sol y arrojan al espacio exterior haces lumínicos portadores de conciencia. La tierra, de cara al sol, los recibe calidamente para templar la vida en su interior y otro rato descansa mágicamente a la sombra de una frondosa galaxia junto a sus hijos. Esta música acompañará a la tierra en su descanso y a ustedes en su lectura.

http://www.youtube.com/watch?v=9ViTXgAb-vo

Este párrafo inicial y poético para algunos y para otros no, parece ser cierto para los que sienten el sol en la piel. De la superficie de nuestro sol nacen en un medio líquido como la lava, haces lumínicos que viajan por el espacio y llegan a la tierra. Esta superficie solar de luz líquida y las tormentas solares son las responsables, entre otras cosas, de que ustedes y yo tengamos un corazón y un cerebro para leer y escribir esto respectivamente.

Esta fuente inicial de luz es líquida y una hermosa causalidad nos hace nacer en un medio líquido como lo es el interior del vientre materno y donde un ser humano empieza a desarrollar un cerebro para pensar acerca de esto, de la existencia o de cualquier religión.

Otra hermosa causalidad hace nadar a un espermatozoide a través de un medio líquido hasta llegar al óvulo. La tierra está constituida en su mayor porcentaje por líquido y aún más, otra hermosa causalidad nos constituye a nosotros mismos en un mayor porcentaje de líquido, como la superficie de nuestro sol. El que nos da la vida.

Los mares, contenedores de aguas vivas proporcionan líquidos de vida. Como la risa y el llanto que se manifiestan en gotas líquidas a través de los ojos.

Otra hermosa causalidad es la lluvia que riega los árboles para que beban y nos den oxígeno para respirar.

Si cualquiera de nosotros dejara un vaso con agua un tiempo considerable al sol nacería la vida, no sólo molecularmente hablando, sino visible antes los ojos humanos.

La mayor parte del oxígeno del planeta es emitida por el reino vegetal marino y está a cargo del fitoplancton, en los mares líquidos del planeta.

En las profundidades de los océanos adónde no llega la luz solar, los biólogos marinos descubren seres vivos. Es claro que para poder verlos necesitan alumbrar con luz, la misma que sale del sol y en cierto casos observarlos con tecnología Infrarroja que muestra diferentes colores según la temperatura del cuerpo de estos seres de consistencia líquida.

Podemos citar miles de ejemplos, más específicamente todos los que hay en la tierra. Todos nacen o son derivados de un medio líquido, derivados del sol y su núcleo líquido.

Queramos o no estamos siendo alumbrados bajo un cono de luz que nace en el sol, pasa a través de nosotros y sigue por el espacio. La tierra es sólo una gota líquida adentro de este cono lumínico de vida. Bajo un acto de grandeza y respeto, el diseño orgánico de la vida se apiada y lo alcanza hasta la tierra en forma de haces de luz que templan a su medida justa las aguas para crear la vida, de lo contrario nos quemaríamos.

Es mágicamente causal que en el centro de la tierra haya magma, luz líquida como si fuese una semilla del sol envuelta en vida con tendencia a renovación continua.

Si toda la vida está relacionada con el medio líquido, sea el agua o la misma luz líquida de la superficie del sol.

¿Cuál debe ser nuestra alimentación para funcionar en armonía con el sol?, de donde nace la vida. La respuesta está en una alimentación líquida.

Siempre teniendo en cuenta y agradeciendo la bendición de los que tienen para comer.

El mayor porcentaje del planeta está constituido por agua y el menor porcentaje por sólido para dividirlo de alguna forma. Ese es el equilibrio que debemos tener en la alimentación para tener mayor conexión con la fuente, el sol.

Lo más difícil es transformar el esfuerzo de comer bien en un hábito. El hábito de tener una alimentación con un equilibrio entre líquido y sólido como lo tiene la tierra en su misma constitución.

Es por eso que se recomienda comer verduras y frutas que tienen una mayor parte de su esencia líquida. Es por eso que se recomienda comer pescado antes que la carne. Los peces nadan en el agua y se alimentan de los que le da su medio líquido.

Todo lo que venga del agua o esté constituido en su mayor parte del líquido está mas cercano en la cadena a la fuente de energía, de luz líquida y al momento de máxima pureza adentro de la panza materna de contención emocional líquida.

Uno puede pensar acerca de los granos y semillas y en su consistencia sólida. Pero la lluvia que cae sobre una semilla arroja una flor que causa un buen sentimiento o un fruto con abundante líquido y la lluvia que cae sobre un pedazo de carne en descomposición crea un hongo, un gusano. Es por eso que se recomienda comer cereales o semillas.

Claro está cuando una semilla da una flor, ésta genera entusiasmo, fragancias que reconfortan al ser humano. El ser humano reacciona mejor ante una flor que ante un gusano o un hongo aunque estos cumplen un papel fundamental en el ciclo de renovación. Ese instinto natural es el que nos dice que comer.

Cuando uno come semillas o frutos que contienen semillas está comiendo vida y nueva vida. Está comiendo vitalidad que se refleja a la hora de pensar y a la calidad de sangre oxigenada que el corazón bombea para enviarle al cuerpo.

Tener buen oxígeno en la sangre es una puerta a tener pensamientos claros, profundos, sinceros. A perder el miedo, a tener entusiasmo, a vivir, a encarar un proyecto personal y a enamorarse y a realizar actividad física primordial para que el corazón que como todo músculo necesita.

Cualquiera puede probar una semana completa en comer carne y comidas sólidas todos los días y sentirá un resultado cansino, con menos tolerancia, más fatiga, más tenso, un tanto nervioso. Siempre exacerbado por el kaos y el stress de la ciudad.

Pruebe una semana comer frutas, semillas, verduras, hortalizas y un poco de pescado, que nada en un medio líquido, y compruebe que pasa con la su vitalidad de su cuerpo, con su ansiedad, con su peso y con su entusiasmo al inicio del día. Se renueva, se limpia, se hace más liviano y del entusiasmo nace vida y de la liviandad las alas para volar en todas su formas.

Claro que se puede comer carne, yo particularmente como poca y aclaro que me gusta pero la consumo en una proporción similar a la del líquido y sólido en la tierra. Una o dos veces a la semana y claro está que si es pescado mejor ya que nada, nace y vive en un medio líquido. Como el centro de la fuente que le da la vida.

No pretendo dar un dieta. Pretendo compartir una reflexión que sentí tomando un mate en mi terraza al caer el sol, acerca de cómo un equilibrio semejante al de la tierra es posible en la alimentación y como consecuencia vivir en armonía con nuestro planeta y bajo el mismo cono de luz.

El reino vegetal es el que mostró los primeros síntomas de vida en una tierra líquida es por eso que al comer un alga le estamos dando a cuerpo como alimento millones de años de evolución orgánica líquida.

Al morder una sandía cualquiera puede comprobar su esencia líquida, y que un tomate o un zapallito es una manzana más líquida que la misma manzana.

Cualquiera puede comprobar que al cuerpo le es más fácil digerir comidas livianas y de constitución líquida que una constante ingesta de comidas sólidas.

El ciclo parece estar claro. El sol llega a la tierra en haces de luz y hace crecer los alimentos en la tierra y en los mares. El ser humanos los come y los devuelve a la tierra o al mar.

Mientras más rápido uno consuma los alimentos después de haber salido de su medio natural es mejor. Es una relación más directa con la fuente que los hace crecer. Poseen mayor batería solar. Eso es lo que llamamos lo alimentos frescos.

Una manzana entra en una fábrica para ser seleccionada, lustrada, para que brille, ser vendida y pasada por las manos de personas con diversos tipos energía. Todo bajo una posible mala alimentación de quien la toca confiriéndole su energía. Después es empaquetada a oscuras para llegar a una verdulería y para cambiarla por algo que contamina al planeta como lo es el dinero. Lo que me estoy comiendo es una manzana que ha sufrido su pérdida de luz. Ni hablar de las hormonas inyectadas que aumentan su tamaño.

Algunos dirán que tan solo es una manzana, quizá todavía no deban leer el texto, pero la reflexión de este escrito espera con los brazos abiertos y amor a todos y todo el tiempo del mundo.

Es por eso también que muchas comidas y granos se exponen al sol para incrementar su tamaño y su energía calórica. Es por eso que no echamos un rato al sol después de comer para devolverle al cuerpo la luz perdida en algunos alimentos.

Es por eso que poniendo un rato agua en un recipiente de vidrio, le devolvemos su viaje por la oscura industrialización. Digo de vidrio por que el plástico al sol desprende compuestos químicos y tóxicos, como evaporizando a la materia de la mano del hombre.

El agua de ese recipiente de vidrio puede ser usado para beber y lavar las verduras.

El sol que nos da la vida, renueva y puede hacer generar al cuerpo en su torrente líquido, la sangre, las sustancias más poderosas que cualquier medicamento puede garantizar para la cura.

Cuando unos se poner triste o feliz, el cuerpo genera sustancias químicas respectivas al sentimiento. De la misma forma al acercarnos al sol a través de los alimentos el cuerpo puede generar cualquier sustancia para sanar hasta una enfermedad terminal. En cierto casos ya es tarde por una desequilibrio anterior con respecto al de la tierra y el medicamento tan solo pone un velo falso que los disfraza de salud.

El sol regenera, por eso cuando uno se corta el mismo diseño orgánico de la vida, coagula la sangre construye una cáscara y como por arte de magia le devuelve a la piel su suavidad y su vida. Eso sucede gracias a que comemos lo que el sol hace crecer.

Es claro que este cono de luz al que hago mención en cierta parte del día queda detrás de un hemisferio y produce una penumbra, la noche. Ahí es cuando el ser humano añora la luz que le da la vida y enciende una vela, prende una luz o ilumina una ciudad. Es como si ese cono de energía vital se filtrara por los poros de la inteligencia para crear luz acompañado por las estrellas.

Ese porcentaje de penumbra constituye la menor parte del día, la otra parte es luz encendida y ese mismo porcentaje también debería atribuirse a la alimentación.

Lo mismo sucede con los enlatados a oscuras por mucho tiempo, con gran parte de la comida refinada y con los procesos de industrialización.

Una banana no libera adrenalina de miedo al pelarla. Una vaca sí y más en un camión que se dirige al matadero. Esa carne tensa y asustada es la que ingresa al cuerpo que al no haber un equilibro moderado lo transforma en un cuerpo con las mismas características en la que ingresó la carne.

Hace bien comerse un asado, pero sin culpa y con proporciones equilibradas y con aires de solidaridad en renovación natural. No lo digo yo, lo dice el cuerpo de cada uno con la vitalidad que le confiere cada tipo de alimentación.

En la alimentación líquida y bajo este cono de luz las aguas se renuevan constantemente y hay una fuerza que tiende a la vida a renovarse y a florecer.

Los océanos tienden a limpiarse aún contaminándolos. Las árboles vuelven a crecer aún forestados. Todo tiende a renovarse bajo esta energía y al estar adentro del mismo cono de luz somos la naturaleza misma y tendemos a renovarnos.

Ese es el argumento visual y aislado de la ciencia mediática que nos dice que hay una fuerza interna que mueve todo hacia la purificación y sanación de lo que tiene vida. Esa renovación la facilitamos proporcionándonos en el cuerpo la calidad de lo que comemos y respetando el equilibro similar al de la tierra y sus mares.

Somos lo que comemos y lo que comemos son nuestro pensamientos. Tal vez alguien haya visto un herbívoro agresivo en la naturaleza, yo no. A lo sumo un omnívoro que es el ser humano y que en función de su equilibrio en la alimentación puede resultar mas agresivo o más pacífico.

De todas formas un herbívoro como la jirafa no es bondadosa por que come hojas de la copa de los árboles. Son sus características naturales y son difíciles de cambiar.

Una león no es agresivo porque es carnívoro. Son sus características naturales y difíciles de cambiar.

Pero el león no hace daño ni la jirafa tampoco. El ser humano sí, y tiene la fortuna de poder cambiar su alimentación, su acciones y su actitud para con el planeta y su entorno.

La alimentación líquida, que es como la llamo yo, empieza a olvidar el consumo de bebidas ya que son suplantadas por la alimentación líquida.

Un copa de un rico vino es necesaria para el que le guste, pero viniendo al caso se hace con la uva, mayoritariamente líquida, esférica.

Convertir el esfuerzo de tener una alimentación líquida a un hábito es el mayor desafío y quien logra acercarse a ese equilibrio se esta acercando a la fuente que hace crecer los alimentos que comemos y que renuevan y florece a los seres humanos de la misma manera en que los mares renuevan sus aguas.

No es tarde para empezar a comer un poco mejor. Es el inicio de la búsqueda de un bienestar personal, de familia, de los seres humanos, del entorno, del planeta, del sistema solar, de la galaxia, del universos, de nosotros mismos.

Mucha luz para todos y agradezco de corazón la gente que me está ayudando a expandir los escritos con su gente y sus contactos en Internet.

Los demás textos los pueden encontrar en http://blogdefreelomtierra.blogspot.com/

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Buena comida, buena semana, buena vida.

Tuni.

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